El video “ayuda de escritorio” muestra
a un monje que se ve frustrado ante la imposibilidad de aprender a manejar un
libro, un artefacto desconocido para él, quien se sentía más a gusto leyendo
papiros. Nuestro protagonista pide ayuda a otro monje, que comprendía mejor el
libro y, a partir de allí, se desata una escena cómica que ilustra muy bien el
momento en el que una persona tiene un primer encuentro con la tecnología.
El trasfondo de este video me
recuerda a una anécdota con un familiar mío que vive muy lejos. Luego de
algunas llamadas a su casa para mantener la comunicación, le sugerí intentar
hacer videollamadas para poder comunicarnos mejor y
vernos las caras después de tanto tiempo.
Muchos intentos después, y largas
explicaciones telefónicas de por medio, logramos hacer una videollamada exitosa.
El video me muestra lo difícil que
puede llegar a ser comprender la tecnología cuando no se la conoce. Es prácticamente
como aprender un nuevo idioma. Si bien algunas personas son más reacias a
comprender el mundo virtual, otras se adaptan de mejor manera a este gran
cambio.
En mi caso no fue tan difícil.
Cuando estaba en la primaria le pedí a mis padres que me compraran un celular
para hablar con mis amigos. Mi contexto era distinto, varios de mis compañeros
ya tenían celulares y el que no, estaba a punto de comprarse uno. Es por esta razón
que aprender a usarlo no fue tan complicado para mí.