El narrador es un elemento del
relato que condiciona y regula la información y decide de qué
modo le hará conocer al lector el mundo que se está construyendo en el relato.
A veces, estamos frente a un narrador “que lo sabe todo” que conoce los
pensamientos de los personajes y lo que ocurrirá en el futuro. En ocasiones el
narrador hará especialmente visible su presencia haciéndole saber al lector que
domina el discurso, qué él decide cuándo, cómo y qué contar de la historia. Se
lo suele comparar en estos casos con un titiritero en tanto nos muestra no solo
a los personajes sino también los hilos de la narración gracias a los cuales
esos personajes se mueven.
Esta omnipresencia del narrador no siempre implica omnisciencia. Para
dar verosimilitud o de crear una atmósfera determinada o de “humanizar” su
propia figura, el narrador puede también
manifestar que no tiene toda la información y solo está suponiendo algunas de
las cosas que narra.
En el otro extremo, está el
narrador de muchos relatos modernos que oculta su presencia e intenta alejarse
del discurso y de los personajes sin emitir opinión alguna para dar sensación de
mayor objetividad. Si el narrador es el
protagonista de la historia, al contrario, el relato se carga de la
subjetividad propia de este personaje, ya que presenciamos los hechos desde su
punto de vista.
La objetividad o la subjetividad
que tenga el discurso dependen de la distancia
que tome el narrador frente a los hechos narrados y la perspectiva que adopte.
El sujeto que habla en la
narración no siempre coincide con el sujeto que percibe. Al sujeto que narra le
llamamos voz y al segundo modo narrativo. De acuerdo a quién habla
podemos clasificar al narrador como autodiegético
(si es el protagonista de la historia), homodiegético
(si es un personaje que participa como testigo) o heterodiegético (si no participa de la historia como personaje).
Focalización
La focalización alude al modo en que son presentados los hechos de un
relato. Narrar una historia implica asumir
una perspectiva; lo que significa que el narrador presentará los hechos desde
un determinado ángulo.
Para Genette, un relato esta focalizado cuando hay una
reducción en el campo de visión. La focalización vendría a funcionar como
un “filtro informativo”. Si el narrador no tiene ninguna restricción y
su campo de visión está completamente abierto habrá focalización cero. Cuando estamos dentro del pensamiento de uno de
los personajes del relato y vemos narrados los hechos a través de sus ojos hay focalización interna. Si, en cambio, se
sitúa fuera de cualquier personaje y el narrador solo registra lo perceptible,
habrá focalización externa.
La focalización es un fenómeno
complejo en tanto implica no solamente el sujeto de la
enunciación y el sujeto de la
percepción sino también el objeto/sujeto/situación sobre el que se esté haciendo
foco.
La focalización difícilmente
se mantiene estable a lo largo de todo un relato. Se puede pasar de una
focalización a otra sin que cambie el narrador, lo que repercute directamente
sobre la historia. Es por eso que la
focalización es uno de los medios más sutiles y eficaces para manipular al
lector.
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